Desafío ético

El periodista debe ser consciente de su responsabilidad, no de que su nombre aparezca publicado.

Hayden Christensen encarna a Stepehen Glass en "El precio de la verdad", un joven reportero de la revista de política y actualidad "The New Republic" cuya vida profesional, alcanzará la cima más alta para después caer en picado. La invención no es una vía.
Shattered Glass, nombre original de esta película dirigida por Billy Ray, es una historia tan real como las mentiras que en ella se vierten. "Hack Heaven" (El paraíso del hacker) no fue el primer desafío ético al que se enfrentó el protagonista, pero sí el reportaje con el que se descubrió su falta de profesionalidad y una capacidad de imaginación que casi toca el borde de lo inverosímil.

¿De qué sirve ser un periodista brillante si careces de responsabilidad social? Otros tantos artículos se descubrieron como inventados, total o parcialmente, y pusieron fin a una carrera que auguraba un éxito seguro. Las ganas de prestigio y reconocimiento fueron, sin lugar a duda, la pérdida de este joven ambicioso que ciñó su vida a justificar las mentiras que hasta él mismo se creía.
Billy Ray nos enseña, además, los secretos (más que descubiertos) de una redacción donde la competencia, el favoritismo o la superación están a la orden del día, y nos invita a reflexionar sobre la ética profesional.

El periodismo consiste en buscar la verdad. La revista digital Forbes.com así lo creyó cuando descubrió la mentira de Glass gracias a las investigaciones de Adam L. Pennenberg, periodista de su plantilla. Esta revista especializada en economía, finanzas, política e información de actualidad fue la primera digital en quitar credibilidad al periodismo escrito. Era la antesala de la lucha entre los medios en la Red y los impresos.

Stephen Glass se despidió de su vocación periodística y terminó la carrera de Derecho. A los pocos años, escribió "El fabulador" donde ha dado a conocer su historia, sin duda, para aprender sobre la responsabilidad profesional.